Adolfo Bioy Casares. El sueño de los héroes
(...)La veía a través de la sala, a través de un patio. Estaba cubierta de
telas negras, sentada en una silla muy baja, cosiendo. Era vieja. Gauna
tuvo la impresión de que no le habían oído.
Al rato, Maidana contestó, como despertando:
-Es la criada del doctor.
Trajo éste en una bandejita tres botellas de cerveza y algunas copas.
Puso la bandejita sobre el escritorio y sirvió. Alguien quiso hablar, pero
el doctor lo obligó a callarse. Los mortificó un rato con protestas de que
era una reunión importante y que debía hablar la persona debidamente
comisionada.
Todos miraron a Gauna.
Por fin, éste se atrevió a decir:
-Gané mil pesos en las carreras y creo que lo mejor es gastarlos en
estas fiestas, divirtiéndonos juntos.
El doctor lo miró inexpresivamente. Gauna pensó: "Lo ofendí, con mi
precipitación".
Agregó, sin embargo:
-Espero que quiera honrarnos con su compañía.
-No trabajo en un circo, para tener compañía-respondió el doctor,
sonriendo; después agregó con seriedad-: Me parece muy bien, mi
amigo. Con la plata del juego hay que ser generoso.
La reunión perdió la tirantez. Todos fueron a la cocina y volvieron con
una fuente de carne fría y con nuevas botellas de cerveza. Después de
comer y beber consiguieron que el doctor contara anécdotas. El doctor
sacó del bolsillo un pequeño cortaplumas de nácar y empezó a limpiarse
las uñas.
-Hablando de juego -dijo-, ahora me acuerdo de una noche, allá por el
veintiuno, que me invitó a su escritorio el gordo Maneglia. Ustedes lo
veían, tan gordo y tan tembloroso, y ¿quién iba decirles que ese hombre
fuera delicado, una dama, con los naipes? De ser envidioso no me
reputo -declaró mirando agresivamente a cada uno de los circunstantespero
siempre lo envidié a Maneglia. Todavía hoy me pasmo si pienso en
las cosas que ese finado hacía con las manos, mientras ustedes abrían
la boca. Pero es inútil, una mañanita se le asentó el rocío y antes de
veinticuatro horas se lo llevaba la pulmonía doble.
"Aquella noche habíamos cenado juntos y el gordo me pidió que lo
acompañara hasta su escritorio, donde unos amigos lo esperaban para
jugar al truco. Yo no sabía que el gordo tuviera escritorio, ni ocupación
conocida, pero como los calores apretaban y habíamos comido
bastante, me pareció conveniente ventilarme un poco antes de tirarme
en el catre. Me asombró que se aviniera a caminar, sobre todo cuando vi
cómo se le atajaba el resuello, pero todavía no me había dado pruebas
de ser tacaño y aficionado al dinero. Pero más me asombré cuando lo vi...
miércoles, 21 de agosto de 2013
miércoles, 31 de julio de 2013
Trabajo en el blog.
Tener un blog es una herramienta genial en muchos aspectos: creativo, formativo, comunicativo, etc.; pero requiere mucho tiempo.Considero que podríamos destinar parte de nuestras clases para publicar en el blog, desarrollar nuestro trabajo en paralelo, en la red y en el aula.
Como somos varios podríamos dividir las tareas, en la próxima clase lo charlamos o pueden hacer comentarios desde este canal.
Buena semana.
Noelia.
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